Observando los datos económicos y demográficos del país, de su capacidad productiva industrial, todo apunta a un enorme potencial para hacer negocios con China.
La irrupción de la actual crisis económica mundial, ha supuesto que los países occidentales hayan comenzado a mirar a China ya no sólo como la fábrica del mundo sino como un gigantesco mercado lleno de oportunidades para sus productos.
Algunos datos sobre China:
Sin embargo.... ¿dónde están los resultados?
Hacer negocios en China en realidad no es algo fácil ni apto para quien no tiene experiencia en el país. Al margen de las barreras culturales y administrativas, existen también fuertes barreras logísticas; aunque las ciudades principales y costeras son de fácil acceso, las del interior ofrecen grandes desafíos al transporte y almacenamiento de mercancías
Otro escollo importante son los bajos niveles de renta per cápita, que en 2010 se situó en el entorno 4.000 dólares. Para hacernos una idea, la renta per cápita de la Unión Europea se sitúo en el mismo año en los 33.000 dólares y el de Estados Unidos, en 47.000 dólares.
A ello se une el hecho de que la tasa de ahorro de China (proporción de dinero no consumido de la renta disponible) es una de las más altas del planeta, situándose en un 50%. En la Unión Europea es de entorno a un 15 % y en Estados Unidos, de sólo un 10%.
Pero entonces, ¿en qué sectores hay oportunidades de negocio en China?
Actualmente existen numerosas oportunidades de negocio en China, especialmente en los sectores minoristas, de sanidad, de innovación tecnológica y de servicios educativos. Las empresas de capital extranjero representan un 54% de las importaciones chinas, aunque en algunos sectores, como el de los productos de alimentación o la educación, se suele requerir muy a menudo un socio local.
Antes de dar el salto, se recomienda tener en cuenta varias cuestiones, entre ellas la importancia del sector público en el país, la necesidad de conocer a fondo la política industrial del sector (y sus requisitos y posibles excepciones) y las inversiones selectivas del Gobierno, principalmente hacia las áreas de energía limpia, alta tecnología, e investigación y desarrollo. Por el contrario, se dificulta la inversión extranjera en sectores de escaso valor añadido y aquellos altamente contaminantes.
Áreas con más oportunidades: